
Riesgos asociados a la recolección y consumo de hongos silvestres
El Ministerio de Salud Pública advierte sobre los riesgos sanitarios de la recolección, manipulación y consumo de estos hongos.
Aunque en nuestro país existen numerosas especies de hongos aptos para el consumo, en las últimas semanas se han reportado casos de intoxicación por Amanitas phalloides, conocida como “sombrero de la muerte”, una de las especies más tóxicas presente en nuestro país.
La A. phalloides suele crecer cerca de algunas especies de pinos y robles, fundamentalmente entre los meses de marzo y junio, con un pico de mayor crecimiento entre abril y mayo. Puede ser fácilmente confundida con especies comestibles y contiene toxinas con potenciales consecuencias, que incluyen daño hepático agudo e incluso la muerte.
Conocer para evitar riesgos
La Amanitas phalloides puede identificarse por una serie de características morfológicas que conviene conocer. Tiene sombrero y pie; la parte superior del sombrero es usualmente de color verde y más pálido hacia los bordes, aunque el color puede variar considerablemente, desde marrón hasta grisáceo. Uno de los elementos más distintivos es la presencia de una volva, un saco membranoso en la base del pie, que a veces puede estar semienterrado o no ser fácilmente visible, por lo que es fundamental revisar cuidadosamente. Este hongo suele encontrarse asociado a árboles como pinos, castaños, robles y encinas, ya sea cerca de la base del tronco o a cierta distancia. Otra característica clave son las laminillas blancas ubicadas debajo del sombrero, que mantienen ese color incluso cuando el hongo madura.
No todos los hongos son comestibles. Algunas especies altamente tóxicas pueden parecerse mucho a las variedades que sí son aptas para consumo, lo que hace muy difícil distinguirlas sin conocimientos específicos. El consumo de hongos tóxicos puede provocar síntomas digestivos graves, daño hepático o neurológico y, en los casos más severos, incluso la muerte.
Por esta razón, no se recomienda recolectar ni consumir hongos silvestres sin la orientación de micólogos o personas debidamente capacitadas.
Si luego de ingerir hongos se presentan síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, confusión o alucinaciones, es fundamental acudir de forma urgente al centro de salud más cercano.